El finiquito es el documento que recibe el trabajador al finalizar la relación laboral ( cualquiera que sea su motivo) y mediante el cual se saldan las diferencias salariales entre el trabajador y la empresa.
Mediante el finiquito el trabajador se obliga a no pedir ni reclamar posteriormente al empresario.
La firma del finiquito es habitual en la
extinción de los contratos de trabajo, pero no es obligatorio para ninguna
de las partes.
Si el
trabajador no está de acuerdo, no tiene obligación alguna de firmar el
finiquito, aunque no percibirá las cantidades establecidas.
Caso de firmarse el finiquito, éste tendrá una
gran importancia como documento probatorio, ya que demostraría el fin de
las obligaciones del empresario con el trabajador.
El trabajador, en el momento de la firma del finiquito, tiene derecho a requerir la presencia de un miembro del Comité de empresa o Delegado de personal, estando obligado el empresario a permitir la presencia del representante. En el documento se hará constar tal circunstancia, y si el empresario impidiese la presencia del representante, el trabajador puede hacerlo constar, igualmente, en el propio recibo.
También si el trabajador no está conforme con
la cantidad establecida en el finiquito, puede firmarlo con el añadido "Recibido,
no conforme" que le faculta a posteriores reclamaciones
Dada la importancia del finiquito debe existir plena constancia y conciencia de lo que se firma, para no tener sorpresas inesperadas a posteriori. Por lo tanto es muy importante firmar únicamente el finiquito en el supuesto de estar completamente seguro y conforme con lo que se firma, desconfiando de las promesas de pago futuras, es decir, aquellas en las que la empresa prometa abonar una cantidad de dinero con posterioridad a la firma del finiquito
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